miércoles, 25 de enero de 2012

Educación, Ciencia y Tecnología como Motores del Desarrollo Nacional: Movimiento Ciudadano.

El país vive un momento de transformación histórico. Su desarrollo nacional depende de las decisiones y acciones que se tomen los siguientes 6 años y ante un desolador panorama en cuestión económica, política y social, es importantísimo emprender programas de rescate. La principal vía para alcanzar los estándares de crecimiento y progreso sostenido para la próxima década lo son la educación, la ciencia y la tecnología.

México atraviesa por uno de los momentos más difíciles, arrastrando terribles rezagos y un sinnúmero de problemas sociales, todos a raíz de una falta de participación ciudadana y el enquistamiento de malos gobiernos en el sistema político del país. El rezago educativo del país es de más de un siglo.

El atraso que tenemos en materia educativa es desastroso para cualquier economía. Hoy 4 de cada 10 mexicanos mayores de 15 años son analfabetas o no concluyeron estudios de educación básica. Son más de 40 millones los que viven en esta situación.

 El número de mexicanos con capacidades mínimas de educación se incrementó más de 3.6 millones de personas en las últimas dos décadas.

Estos numero reflejan la falta de interés que los gobiernos han dado al tema de la educación, por ello, problemas como el desempleo, falta de oportunidades y crecimiento de la delincuencia se han disparado a niveles peligrosos, pues esto ha desencadenado inseguridad, pobreza extrema y desintegración familiar. Los principales problemas de México.

Otra área que se ha olvidado en México es la inversión y desarrollo en ciencia y tecnología. Este importante ámbito de la educación es prácticamente inexistente en nuestro país, lo que nos ha dejado en desventaja competitiva con el resto del mundo.

Datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología exhiben como el índice de cobertura tecnológica ha caído de 0.24 hace 10 años a un 0.04 actualmente, es decir: México compra 96% de tecnología y vende solamente el 4%.

La situación se agrava si analizamos el índice de generación de investigadores en México, ya que en los últimos 10 años ha bajado la tasa de forma estrepitosa: de 7 mil doctorados al año a solamente tres mil en promedio cada 12 meses, de acuerdo con los números de CONACyT de esos 3 mil, mil se dedican a la investigación en México, otros mil emigran y los restantes se dedican a la docencia.

México ocupa el último lugar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto a la inversión que destina a ciencia y tecnología, lo que se traduce en un avance económico limitado. De acuerdo con la Secretaria de Economía (SE), el gasto que se ejerce representa cerca del 0.3% del PIB,  mientras que otras naciones en desarrollo como Turquía y Hungría  invirtieron entre 0.5% y 0.9% de su PIB, ubicándonos como el país con más rezago en el mundo en esta materia.

La inversión en este rubro se refleja en el reducido número de patentes que se registran en el país comparado con el de otros que consideran el cambio tecnológico como una prioridad en el proceso de desarrollo económico.

Estadísticas del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual revelan que durante el primer trimestre del año se otorgaron 54 patentes, mientras que en Estados Unidos fueron mil 410, en Alemania 234, en Suiza 174 y en Japón 142.

Estos datos además ponen a la vista que no se cumple lo prescrito en el artículo 25 de la Ley General de Educación y 9 bis de la Ley de Ciencia y Tecnología, promovido por los senadores del Movimiento Ciudadano, en donde dice que el Estado deberá gastar al menos 1.00% del Producto Interno Bruto (PIB) en estas ramas.

Según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas que para que México alcance un nivel de gasto igual al promedio de la OCDE debería gastar 2.28% de su PIB, cantidad que para 2012 sería de 323,657.4 millones de pesos, casi 10 veces la cantidad presupuestada.

El déficit de población con estudios de licenciatura y posgrado orientado a la innovación tecnológica y los nuevos conocimientos afecta a 30 estados, excepto el Distrito Federal y Nuevo León.

A esto se suma que en casi la mitad del territorio nacional prevalece un bajo índice de productividad innovadora, es decir, escasa creación científica, baja solicitud de patentes o de diseño industrial. En 19 estados un factor de debilidad para impulsar la ciencia son las condiciones económicas y sociales, ya sea por los bajos presupuestos públicos que se destinan al sector o la baja escolaridad de la población.

México requiere atención urgente para salir adelante. Nuestra economía está en una severa desventaja, la recesión económica y las constantes variables en las condiciones internacionales para el crecimiento nos están dejando en un atraso casi irrevertible. Por ello es imperioso que la educación, ciencia y tecnología sean tomadas en cuenta como un importante motor del desarrollo y progreso del país, pues necesita políticas públicas y funcionarios con voluntad para rescatar lo que podría ser uno de los pocos salvavidas que tiene nuestra economía.

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